Eduard Fernández completa su gran año con el Premio Nacional de Cinematografía

Después del Goya por Marco, del reconocimiento como uno de los grandes actores del año por esa falsa víctima de los campos de concentración nazis y por su indiscutible protagonismo en El 47 y de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Eduard Fernández ha ganado el Premio Nacional de Cinematografía que entrega el Ministerio de Cultura. La distinción que cierra el año perfecto del catalán, convertido en uno de los intérpretes más laureados del cine español. Solo superado en estatuillas por Javier Bardem, el más internacional de todos ellos, ahora también con él compartirá el lugar de honor de los premios nacionales.

Según recoge el fallo del jurado, Eduard Fernández ha sido elegido por unanimidad por «ser uno de los actores más destacados de nuestra cinematografía» y también por «haber tenido un año 2024 con dos interpretaciones sobresalientes en dos películas completamente diferentes». «El hombre noble que lucha por el bien común en El 47 y el papel por el que ganó el Goya al Mejor Actor Protagonista por Marco, donde se transforma en una figura compleja y contradictoria», apuntan en esas conclusiones. De hecho, nadie, en la carrera de los premios, dudaba de que este sería el año del actor catalán. La única duda es por cual de los dos personajes acabaría reciendo los premios.

La trayectoria del actor ha estado desde sus inicios a medio camino entre los escenarios del teatro y los rodajes de cine. Porque los inicios de Eduard Fernández provienen de Els Joglars, la mítica compañía de comedia catalana, durante cuatro años. De ahí llegó el salto al Teatre Lliure, donde intercaló clásico de Shakespeare o Molière a repertorio contemporáneo como Krampack, la comedia de Jordi Sánchez. No fue hasta finales de la década de los 90, ya entrado en la treintena, cuando aterrizó en el mundo del cine con Zapping y Los lobos de Washington. Y, desde ahí, una carrera en continuado ascenso.

En 2001, con la futurista puesta en escena de La fura dels Baus, llegó el primer Goya de Eduard Fernández como mejor actor principal. Dos años después, de la mano de Cesc Gay cayó el segundo. Ese personaje de Mario, un hombre con una vida pública estable, con hijos y con una sólida madurez que en su interior esconde un affaire extramarital acabó de asentar al actor que luego se vería en todas sus actuaciones en pantalla: mesurado, lacónico y sarcástico. Hasta en su interpretación de Millán Astray, en Mientras dure la guerra de Alejandro Amenábar, que le hizo ganar su tercer Goya en menos de dos décadas.

Pero el palmarés de Eduard Fernández es infinito más allá de las estatuillas de la Academia del Cine. Suya es una Concha de Plata del Festival de San Sebastián al mejor actor de 2016 por El hombre de las mil caras, esa conversión en el espía Fernando Paesa. Suyos son también tres premios Gaudí por La mosquitera (2011), Una pistola en cada mano (2013) y El 47 (2025); dos Feroz por su interpretación en la serie 30 monedas (2021) y la película Marco (2025). Y, por supuesto, suyo es el reconomiento de toda la profesión cinematográfica como una de las estrellas más indiscutibles del panorama nacional.

El pasado año, el jurado había reconocido la labor de la productora y fundadora de Elastica Films, María Zamora, la segunda especialista en ese campo en ser premiada tras Esther García en 2018. En las más de cuatro décadas que se lleva otorgando este galardón, que en 1980 se inauguró con la distinción a Carlos Saura, solo dos productoras lo han recibido. En sus 45 años, el Nacional de Cinematografía se ha entregado fundamentalmente a las principales figuras que han marcado esta disciplina en España. Actores y actrices como Javier Bardem, Carmen Maura, Fernando Fernán Gómez, Penélope Cruz o Marisa Paredes. Y directores o directoras como el propio Saura, Montxo Aramendi, Isabel Coixet, Juan Antonio Bayona, Luis García Berlanga o Vicente Aranda.

Sin embargo, también ha habido algún pequeño espacio para otras disciplinas que no acaparan las primeras filas, en cuanto a visibilidad pública. En 2012, el premio recayó en la diseñadora de vestuario Yvonne Blake, la primera mujer en recibir esta distinción sin haber sido actriz. En 2014 también recayó en la guionista Lola Salvador por la amplitud de su carrera. En 1993 ya lo había obtenido José Luis Guarner, uno de los grandes nombres de la crítica cinematográfica española. Y, un año más tarde, en 1994, el histórico director de fotografía Juan Mariné, fallecido el pasado mes de febrero y ganador del Goya de Honor en 2024.

En la última década, el Premio Nacional de Cinematografía también había mostrado una marcada tendencia hacia la búsqueda de mujeres como premiadas, coincidiendo con los avances de los movimientos feministas en la sociedad española. Desde 2016, que lo recibió a Ángela Molina son siete las mujeres que lo han obtenido. José Sacristán y Antonio Banderas, además del recién premiado Eduard Fernández, han sido los únicos hombres en estos últimos 10 años agraciados con un galardón que también entrega 30.000 euros.