Gerard Garriga, el español del Auckland City que sufrió el 10-0 del Bayern: «Cobramos 300 euros al mes y nos hemos pedido vacaciones en el trabajo»

Se fue a Nueva Zelanda a aprender inglés y ha terminado disputando el Mundial de clubes contra el Bayern Múnich de Harry Kane. La historia de Gerard Garriga es de cuento, a pesar del 10-0 encajado ante los alemanes en la primera jornada. «Es la realidad de los dos equipos», admite en una conversación con EL MUNDO. Su Auckland City es amateur, cobran 300 euros al mes y han tenido que pedir vacaciones para el torneo.

¿Cómo se encuentra después de la derrota por 10-0 contra el Bayern de la primera jornada?
Fue duro. Al descanso estábamos todos bastante jodidos porque a nadie le gusta perder de esa manera en una competición tan grande y en un partido al que llegas con tanta ilusión de hacerlo bien y dar buena imagen y te llevas un 10-0. Pero bueno, sabíamos que podía pasar, que había mucha diferencia entre ellos y nosotros aunque siempre intentas soñar. Y una vez en el campo pues no se dio, fueron muy superiores y el resultado es totalmente justo. Refleja la realidad de los dos clubes que estamos en dos mundos completamente diferentes. Aún así, fue una experiencia única encontrarnos en el túnel con leyendas como Müller, Kimmich o Kane y poder jugar contra ellos. Un sueño.
Les quedan dos partidos.
Al día siguiente ya nos levantamos con ganas de entrenar, de preparar el partido contra el Benfica porque para nosotros es una oportunidad inmensa de dejar atrás el 10-0, aprender de lo que no hicimos bien y ojalá nos salga un buen partido para olvidar el otro. Luego el empate entre Boca y Benfica no nos ayuda porque se clasificará el segundo por diferencia de goles y puede que vengan a intentar meternos la mayor cantidad posible, pero no cambia nuestra intención de hacerlo lo mejor posible.
¿Qué opina de las críticas de aquellos que dicen que no deberían jugar el Mundial?
Todo el mundo tiene derecho a opinar, pero en este caso creo que lo que intenta el Mundial de clubes, como hace el de selecciones, es globalizar el fútbol. Que todos los países y continentes tengan visibilidad. Y no que por ser un país donde el fútbol esté menos profesionalizado no tengas derecho a participar. Creo que este Mundial, aunque nos hayan metido 10, servirá para que el fútbol crezca en Oceanía. Muchos niños nos están animado tras la derrota, somos sus ídolos y algún día quieren ser como nosotros. Que haya un equipo que represente a Oceanía es súper legítimo y así tiene que ser. Si cortas la invitación para meter más clubes europeos el fútbol se centrificará, y ya lo está. Todo el dinero está en Europa. Si no se clasifica nadie de Oceanía, ¿cómo haces que esa gente algún día quiera jugar un Mundial si no lo tienen cerca? ¿Quién va a invertir en fútbol?
¿Cómo acaba usted jugando al fútbol en Nueva Zelanda?
Llegué hace ocho años. Estaba jugando en Primera Catalana, una división por debajo de Tercera RFEF, en nivel totalmente amateur, y a la vez estudiaba la carrera, INEF. Y nada, un año decidí parar un poco con el fútbol e irme a estudiar inglés. Mi idea era irme tres o seis meses a Inglaterra, pero un compañero se había ido a Nueva Zelanda de año sabático y me convenció. No fui para jugar al fútbol, pero al llegar como él y unos amigos jugaban, pues me volvió el gusanillo y fui a probar a equipos, hasta que el Western Springs de Segunda División me fichó por tres meses. Allí trabajé en una empresa de limpieza y tenía vuelos para volver a casa en junio, pero lo fui alargando porque peleábamos para subir. Me quedé más tiempo, me aplicaron el Visado, pasé el Covid allí y después firmé con Auckland City. Hemos estado en el Mundialito de Marruecos, en el de Arabia, en Emiratos… Y ahora este Mundial de Estados Unidos. Se fue dando todo.
¿Cuál es la realidad del equipo y del fútbol allí?
Sí, la liga es toda amateur. Tenemos otros trabajos para subsistir y para el alquiler y la comida. Somos el único club amateur del Mundial. Todos cobramos casi lo mismo, nadie puede cobrar más de 80 euros a la semana, 300 al mes. Con 300 al mes en Nueva Zelanda no te pagas ni una semana. Lo que hace el club con algunos como yo, que somos de fuera, es que trabajes con ellos en la academia o en colegios para cumplir las horas y cobrar un extra. El resto son trabajadores de almacén, reponedores, profesores, gente de marketing, pintores, otros que tienen una empresa, otros estudiantes… Hay de todo. Y nuestro entrenador es dentista. Cada uno tiramos del carro como podemos, pero es complicado, claro. El que trabaja ocho horas al día y luego tiene que ir a entrenar sufre.
¿Están de vacaciones en sus trabajos?
Sí. Y luego no tendrán vacaciones, porque las han cogido para venir aquí. En la final de la Champions, que fue en Islas Salomon, tuvimos a cinco jugadores que no pudieron venir, entre ellos el capitán, porque ya se habían pedido vacaciones para este Mundial. En estos cuatro años hemos jugado más de 200 partidos y es un esfuerzo muy grande a nivel laboral.
La FIFA les otorga 3,5 millones por participar, la cifra más baja del torneo.
Sí, es una pena, pensábamos que sería más. Creo que la diferencia entre nosotros y el resto es muy grande. Creíamos que estaríamos sobre 10 millones. El 20% o el 30% de esos 3,5 se queda en Estados Unidos por los impuestos, luego la Confederación se queda una parte y la Federación otra. Y de lo que quede, la mitad para el club y la mitad para nosotros a partes iguales. Creo que al final nos llegarán entre 10.000 o 15.000 euros por cabeza… Para pipas. Si nos hubiera dado 10 millones, quizás hubieran sido 50.000. Veníamos con la ilusión de invertir ese dinero y ha sido un bajón, la verdad. Nos dijeron que un empate era un millón y una victoria dos, que de ahí sería todo para nosotros, así que a ver… El grupo es duro, pero vamos a disfrutar mucho la experiencia.