Ucrania quiere dar un giro decisivo en el mapa energético europeo con la explotación masiva de sus reservas de gas de esquisto. Pese a las limitaciones económicas y los desafíos que impone la guerra, Kiev busca convertirse en un exportador clave de gas natural para reducir así la dependencia europea del gas licuado (GNL).
«Ucrania está trabajando para acelerar la producción de gas natural para convertirse en un importante exportador y revolucionar el mercado energético europeo«, señala The Telegraph en un extenso análisis sobre los planes ucranianos.
Este fue uno de los temas abordados por la delegación ucraniana durante el Foro de Energía en Bakú. Allí, representantes ucranianos presentaron un plan para crear un centro de gas de esquisto y enumeraron dos posibles ubicaciones: la zona del eje Lviv-Lublin, cerca de la frontera con Polonia, y los yacimientos cerca de Olesko, al este de Lviv.
Búsqueda de inversión extranjera y tecnología avanzada
Aunque Kiev cubre actualmente dos tercios de su demanda interna con producción propia, los recientes ataques rusos redujeron en un 40% su capacidad productiva, por lo que se ha visto forzada a depender casi por completo de sus reservas almacenadas. Para revertir esta situación, el gobierno ucraniano busca atraer inversión extranjera y acceder a tecnologías de perforación más avanzadas.
«El desarrollo y la producción se pueden establecer rápidamente utilizando la infraestructura de gas existente con conexión al mercado de gas de la UE, lo que lo hace muy atractivo», afirma una fuente de alto rango ucraniana al diario británico.
Según este medio, Ucrania tiene el potencial para no solo abastecer su mercado interno, sino también exportar grandes volúmenes de gas a Europa, gracias a reservas estimadas entre 0,8 y 1,5 billones de metros cúbicos en la zona de Oleska. La región de Lviv-Lublin, en la frontera con Polonia, se presenta como ideal para la fracturación hidráulica, con condiciones geológicas óptimas.
A pesar del entusiasmo, el país arrastra desde hace dos décadas anuncios similares sin concreción. Un antecedente es la salida de Chevron en 2014, que abandonó un proyecto conjunto con el Estado ucraniano no por falta de recursos, sino por «la incapacidad de Kiev para implementar reformas fiscales específicas necesarias para la inversión extranjera en gas de esquisto«.
Inquietud en Polonia
Frente a posibles temores sobre el impacto que esto pudiera tener en Polonia, uno de los grandes aliados de Ucrania en la guerra contra Rusia, el profesor Krzysztof Szamalek aclara en una entrevista con la Agencia de Prensa Polaca que el gas de esquisto no se extrae del subsuelo vecino.
«El esquisto, donde se encuentra el gas, es una roca dura y, para obtener flujos, se requiere fracturación hidráulica para activar todo el proceso de extracción de gas. Esto no se refiere a extraer gas del vecino, sino a extraer el gas que fluye en el lugar donde se realizó la fracturación hidráulica«, explica.
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