Alcaraz, la foto de la placa de Nadal, problemas para ver la otra semifinal y un enfado: «No soy como otros, que siempre están serenos»

«Ha habido momentos en los que las cosas no me salían, me he quejado, he pegado una patada, pero sé que esso debe ser momentáneo. Soltar la rabia, que el cabreo no me afecte más de uno o dos juegos. Eso es lo que estoy aprendiendo, la experiencia que voy cogiendo con los años. No soy como otros, que están serenos siempre y no abren la boca, pero debo olvidarlo rápido», reconocía Carlos Alcaraz este viernes después de una celebración extraña. Había ganado a Lorenzo Musetti en semifinales de Roland Garros por 4-6, 7-6(3), 6-0, 2-0 y jugará su segunda final consecutiva. Pero su rival se acabó retirando, final indeseado para todos. Y él se sumergió en la frustración en algunos momentos.

Su patada al banquillo a mediados de segundo set queda como advertencia de lo que no debe ocurrir en la lucha por el título este domingo ante Jannik Sinner (15.00 horas, La 1, Eurosport y Max). «A veces sólo pienso en mí mismo. Pienso que he perdido el set y no que mi rival lo ha ganado. Pero también pienso que puedo darle la vuelta, que puedo recuperarlo», añadió el número dos del mundo del ranking ATP con la confianza ya reparada.

Su actuación ante Musetti, en realidad, fue notable. En el primer set su derecha sonó a látigo, como había sonado en cuartos de final ante Tommy Paul, y dominó los puntos, pero fue acumulando errores: una volea aquí, una dejada allí, varios reveses cruzados más allá. Punto a punto se peleaba con sus dedos, su mano, con su muñeca y, en su única oportunidad de rotura, perdía el periodo. La paciencia resistía a duras penas. Hasta que en en el segundo set, la lucha de Musetti, que le devolvió hasta dos breaks, le acabó por desesperar. Entonces hubo un mal rato, sí, pero también un tie-break perfecto en el que le entraron todos los golpes que antes fallaba. En el tercer set ya no hubo competencia y en el cuarto, el italiano abandonó. Después, en rueda de prensa, aseguró que había perdido fuerza en la pierna izquierda y que se hará pruebas.

La foto de la placa de Nadal

«La gira de Lorenzo en tierra batida ha sido increíble, su nivel aquí en Roland Garros ha sido muy alto y espero que se recupere pronto. Estoy seguro que luchará otra vez por estar en una final de Grand Slam» pronosticó Alcaraz sobre Musetti y también supo ponerse en valor: «En los primeros sets he tenido opciones de breaks que no he podido convertir. He jugado bien, aunque he cometido algunos errores que han marcado la diferencia. Luego he jugado un gran tie-break y he sabido llevar a Lorenzo al límite».

Antes del partido, en el calentamiento de la mañana, Alcaraz se había hecho la clásica fotografía con todo su equipo en medio de la Philippe Chatrier -lo hace siempre antes de semifinales y finales-y había reservado un hueco en su galería del móvil para una imagen de la placa homenaje a Rafa Nadal. Allí estuvo, unos segundos justo encima, mirándola, limpiándola de tierra, inspirándose. Pese a que los dos jugadores son muy distintos siempre hay una línea invisible que los une. Pongamos un dato increíble: si Alcaraz vence este domingo, sumará su quinto Grand Slam exactamente a la misma edad, 22 años, un mes y tres días, que lo hizo Nadal.

«No había podido calentar en la Chatrier así que todavía no había tenido tiempo de acercarme, verla y disfrutar. Me encanta tener un recuerdo ahí, me parece un homenaje muy bonito. Rafa era mi ídolo y sigue siendo una gran inspiración», proclamó el español antes de marcharse a ver lo que faltaba de la otra semifinal del torneo.

Una carrera para ver la otra semifinal

Al acabar su partido aseguró que la quería ver al completo en directo, pero luego los compromisos se lo impidieron durante un buen rato. Después de la rueda de prensa y de atender hasta a ocho televisiones -Amazon Prime, Canal + Internacional, Channel Nine, ESPN International, Discovery…-, pudo por fin encender su móvil de camino al hotel cuando Jannik Sinner y Novak Djokovic ya encaraban el segundo set.

«Pase lo que pase la final será un gran partido para los fans del tenis. Quiero ver la semifinal porque de ahí saldrá mi rival, pero también como fanático de mi deporte. Ver jugar a dos tenistas así siempre es un disfrute», aseguró apresurado mientras varios familiares y muchos amigos ya presentes en París le esperaban para felicitarle por su logro.