Las compañías aéreas ganaron este jueves una batalla en Luxembugo al conseguir que el Consejo de la UE defendiera sus intereses en la modificación del reglamento que regula los derechos de los pasajeros. La decisión, que salió adelante por un estrecho margen, supone ampliar las horas de retraso por las que se recibe indemnización (de tres a cuatro o seis en función de la distancia) y abrir la puerta a que las aerolíneas puedan cobrar por la maleta de mano, una práctica que hasta ahora había sido rechazada por la jurisprudencia. El asunto aún no está cerrado y queda la negociación con el Parlamento Europeo, pero el ministro de Consumo, Pablo Bustinduy, lamenta que los 27 se hayan “plegado a los intereses del lobby de las aerolíneas” con una propuesta que considera “inaceptable”.
“En España han intentado amedrentarnos e intimidarnos para que no sancionáramos prácticas ilegales y abusivas y ahora, el mero hecho de que estén intentando legalizarlo ahora en el Consejo, es la mejor demostración de que cobrar por el equipaje de mano o por la selección de asientos contiguos para poder viajar al lado de personas dependientes o de niños y niñas no es una práctica legal”, ha señalado el ministro sobre las multas que Consumo ha impuesto a cinco aerolíneas por prácticas abusivas como el cobro por viajar con la maleta de mano en la cabina.
Las modificaciones aprobadas por los ministros de Transporte en la UE, con el voto en contra de España, Alemania, Portugal y Eslovenia, darán validez legal a las compañías para cobrar por la maleta de mano, además de endurecer los requisitos por los que los pasajeros tienen derecho a una indemnización cuando se retrasa el vuelo.
Los cambios suponen un golpe para los derechos de los pasajeros, tal y como denuncian las asociaciones de consumidores. “Este cambio significa que un 60% menos de pasajeros afectados por retrasos serán elegibles para compensación, reduciendo drásticamente el alcance de la protección disponible para los pasajeros aéreos en toda Europa, y dejando a los viajeros europeos menos protegidos que en otras regiones cercanas a la UE”, señala en un comunicado la empresa AirHelp, que se dedica a asistir a pasajeros en compensaciones por vuelos retrasados, cancelados o denegación de embarque.
Por el contrario, la patronal de las aerolíneas “acoge favorablemente” la propuesta del Consejo: “Resuelve las dudas sobre la práctica del cobro de equipaje en cabina, unifica el criterio a seguir por los tribunales y termina así con las distintas interpretaciones que vienen haciendo los órganos jurisdiccionales en España al respecto, con lo que se reducirá la litigiosidad”.
El asunto aún no está acabado dado que la normativa tiene que pasar ahora por el Parlamento Europeo. “Esta batalla no ha terminado. Ahora esta propuesta de reglamento pasa al Parlamento Europeo y confío en que allí, en la sede de la soberanía democrática de las instituciones europeas, exista una mayoría suficiente de europarlamentarios que quieran defender los derechos y el interés de las personas consumidoras en lugar del interés de las grandes multinacionales”, dice Bustinduy.
Y en la Eurocámara no está todo perdido. El Partido Popular Europeo, que es la fuerza mayoritaria, ha rechazado el acuerdo alcanzado en el Consejo de la UE. “No podemos permitir que los Estados miembros socaven los derechos de los pasajeros aéreos, que tanto ha costado conseguir. Las normas actuales llevan muchos años en vigor. Debilitar estos derechos traicionaría la confianza que los ciudadanos han depositado en la UE para defender sus intereses”, afirma el eurodiputado Andrey Novakov, que será el encargado de pilotar esa negociación.
Los populares no se pronuncian sobre el tema de la maleta de mano por ahora, pero sí rechazan completamente la ampliación de las horas de retraso para recibir indemnizaciones, que quieren matenerlasen tres, que era la posición de España o Alemania. No obstante, la anterior legislatura la Eurocámara defendió por unanimidad que la legislación europea impidiera a las compañías aéreas cobrar por ese elemento que consideraban “indispensable”.
En términos similare se expresan los socialistas: “Los ciudadanos no piden un favor a las compañías aéreas: pagan un buen dinero por los servicios y, cuando éstos no se prestan, merecen un trato adecuado y una compensación razonable. Con las nuevas normas, los pasajeros tendrán menos derechos, ya que las condiciones de compensación se han hecho más estrictas. Deja a los viajeros con menos seguridad y da más indulgencia a las aerolíneas, lo que es un conjunto de prioridades totalmente equivocado”.