Leire Díez niega ser una emisaria del PSOE: “En ningún caso he trabajado en representación de nadie”

Cuando se reunió con empresarios corruptos y maniobró contra altos cargos de la Guardia Civil lo hizo “para una investigación por un libro”. Y si ofreció tratos de favor de poderes públicos a los acusados a cambio de información sensible lo hizo por una “equivocación en la formulación” o simplemente por una mala interpretación.

Esas son las explicaciones ofrecidas por Leire Díez en una comparecencia pública esperpéntica en la que ha negado rotundamente la acusación de los partidos y los medios de la derecha de que operaba en nombre del PSOE, algo que también rechaza el partido y que nadie, hasta el momento, ha podido demostrar. “Mi trabajo es mi trabajo, en ningún caso lo he llevado a cabo en representación de nadie. No soy empleada pública ni tengo ningún cargo en el PSOE. Soy una militante y una ciudadana libre para hacer un libro sobre una investigación muy importante para la salud democrática del estado”, ha defendido.

Tras comparecer en la sede socialista de Ferraz por el expediente informativo abierto y solicitar su baja como militante, Díez anunció para este miércoles una rueda de prensa en un hotel de Madrid a las diez en punto de la mañana. Pero decidió sentarse ante las decenas de micrófonos y cámaras a las nueve y media. “Soy de llegar pronto, pero me espero a la hora anunciada”, comentó. Y cumplió su palabra y permaneció allí plantada y en silencio durante media hora ante el deleite y el asombro de los medios gráficos y los programas de televisión en directo.

“Ni fontanera, ni cobarde”, remarcó la que fuera alto cargo de Correos y Enusa a modo de lema de su cruzada contra los oscuros poderes que promete combatir. “Seguiré con mi trabajo para culminar el libro. Ni me van a intimidar ni voy a renunciar a mis convicciones. Se puede ser socialista y llevar a cabo un trabajo de investigación como es mi caso, un libro sobre la trama de los hidrocarburos. Una tarea de periodismo de investigacion para evaluar casos de enorme trascendencia para el estado”, aseguró.

La ya exmilitante socialista no admitió preguntas y tras una intervención mucho más corta que su posado ante la prensa se levantó, escoltada entre otros por Javier Pérez Dolset, un empresario con causas abiertas con la justicia que se autodefine como víctima de las cloacas del estado y para el que supuestamente trabaja Leire Díez. Pero a la escena le faltaba un cameo principal.

Entre los asistentes, casi de incógnito, se había incrustrado el empresario Víctor Aldama, presunto corruptor de la trama Koldo en el ministerio de Transportes e implicado también en la estafa de los hidrocarburos. Y Aldama se fue directamente a por Díez y Dolset. “Ha mentido en todo, se está riendo de todos los españoles. Esta señora es una sinvergüenza que trabaja para el señor Santos Cerdán y para el señor Pedro Sánchez”, dijo Aldama, que denunció recibir “amenazas de muerte”. Hace varios meses, el empresario presuntamente corrupto consiguió salir de la cárcel tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía en el que prometió colaborar con la justicia y tirar de la manta. Ninguna de sus amenazas ni acusaciones al Gobierno o al PSOE han podido ser constatadas ni él ha aportado las pruebas comprometidas.

El caso es que el ‘show’ de Leire Díez derivó en algo parecido a una trifulca en un banquete de boda, con empujones, gritos, insultos, amenazas y un remolino de cámaras y reporteros que se llevaron por delante una de las mesas habilitadas en el salón del hotel y que acabó con botellas de cristal esparcidas por el suelo. El revuelo llamó la atención de los turistas que esperaban en recepción su turno para el ‘check in’ y la dirección del hotel decidió llamar a la policía. Una patrulla de dos agentes apareció cuando a Leire Díez y Pérez Dolset se les había perdido ya la pista y Aldama había conseguido robarles el foco.

“No sabe lo que ha hecho con venir aquí, se van a enterar ésta [en alusión a Díez], Santos Cerdán y el presidente del Gobierno”, volvió a amenazar el empresario presuntamente corrupto, que aprovechó para arañar una nueva ronda de entrevistas en las que no ocultó sus aspiraciones. “¿Cree que este será el final del gobierno de Sánchez?”, le preguntó un periodista. “Esperemos que sea así por el bien de todos. Espero que el señor Feijoo haga lo que tiene que hacer”, respondió Aldama.