La victoria del Barcelona frente al Espanyol que dio un nuevo título de Liga al club azulgrana quedó empañada por un atropello múltiple en los aledaños del estadio de Cornellà. Un suceso que «pudo acabar en tragedia», a tenor de las imágenes de los hechos, el relato de los testimonios y unas consecuencias que se han ido agravando con el paso de las horas.
El acelerón de una mujer de 34 años al volante de un Peugeot blanco entre la multitud ha dejado 17 heridos, uno de ellos grave en la UCI por un crítico golpe en la cabeza, mientras los Mossos d’Esquadra siguen con la investigación y crecen las voces que piden explicaciones acerca de la actuación y el despliegue policial en la zona.
Sobre lo sucedido, la principal hipótesis es que la conductora se sintió «agobiada» y quiso huir del lugar después de que los aficionados rodearan su vehículo y la increparan en los aledaños del estadio. Así lo confirmó el comisario de los Mossos de la Región Metropolitana Sur, Eduard Sallent, en una comparecencia de prensa de urgencia convocada al término del encuentro. «Debemos determinar por qué hizo esta maniobra», resumió tras subrayar que la hipótesis de la policía es que el incidente fue de carácter «fortuito» y «accidental».
Los Mossos también tratan de esclarecer si antes del acelerón hubo algún otro incidente con el vehículo. La mujer dio negativo en el test de alcohol y drogas realizado justo después del atropello múltiple. En cuanto al parte de heridos, tres siguen ingresados en distintos hospitales de la provincia de Barcelona, entre ellos el paciente más grave.
El informe acerca de lo ocurrido -que los Mossos elaboran tras hablar con la mujer, los afectados y los testigos, además de visionar todas las imágenes del suceso, entre otras actuaciones- determinará los posibles delitos por los que se la investigue. La conductora está detenida por conducción temeraria y lesiones y pasará a disposición judicial este fin de semana.
«La conductora apareció, cometiendo un primer atropello. Cuando la gente le recriminó lo que estaba haciendo, se produjo el segundo atropello, este masivo. Es un milagro que no haya habido muertos», explica a este periódico un aficionado blanquiazul que se encontraba en ese momento cerca de donde se produjo el incidente. «Pudo ser una tragedia», resume otro testigo.
Otra de las incógnitas es saber por qué ese coche estaba allí entre la multitud. En este sentido, los Mossos explicaron que la calle en cuestión adyacente al estadio -la avenida Baix Llobregat-no se acostumbra a cortar en día de partido al ser el único acceso que se deja abierto para los vecinos de la zona, como es el caso de la mujer. «Son situaciones que se dan en otras ocasiones, lo que no ocurre es que el conductor apriete el acelerador», aseguró el comisario Sallent evitando la autocrítica al ser interrogado por la actuación de los Mossos. El comisario también justificó que el encuentro siguiera al no estar comprometida la seguridad.
En el terreno político, tanto el PP como Vox ya han exigido explicaciones al departamento de Interior de la Generalitat del que depende la policía catalana. «Es un hecho gravísimo pero podría haber sucedido una desgracia. La afición y los vecinos exigen información y medidas para que no vuelva a pasar», criticó el diputado popular Juan Fernández, mientras Vox tildó de «fracaso estrepitoso» el plan de seguridad planteado.
Este suceso rápidamente se viralizó en redes sociales, con vídeos en los que se ve a varios heridos tendidos en el suelo y escenas de pánico, provocando que parte de la afición del Espanyol reclamara desde la grada la suspensión del encuentro. El árbitro de la contienda, Soto Grado, suspendió en el minuto 8 de el juego, momento en el que se comunicó por megafonía que se había producido un atropello masivo. Pero poco después decidió reanudarlo. Parte de la afición local decidió entonces abandonar el RCDE Stadium en señal de protesta.
Asimismo, varios seguidores expresaron su malestar por la actuación policial y el hecho de que un coche pudiera circular por una zona repleta de personas en ese momento. «En vez de ayudar a la gente herida, los Mossos se dedicaban a dar porrazos», se lamentaba un aficionado.