En el desfile militar del 9 de mayo en Moscú, el presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que Rusia alcanzará sus objetivos estratégicos en la guerra contra Ucrania y vinculó directamente las ciudades ucranianas de Odesa y Sebastopol con el legado «histórico y la grandeza» de Rusia.
Durante su discurso en la Plaza Roja, Putin insistió en que la actual ofensiva militar rusa es una «lucha por el futuro del país», estableciendo una vez más paralelismos entre la Segunda Guerra Mundial y el conflicto actual con Ucrania.
De este modo, el presidente ruso hizo una mención explícita a Odesa y Sebastopol, presentándolas como parte del «legado heroico» de Rusia, en lo que algunos analistas consideran una justificación simbólica para futuras agresiones. Las referencias se producen tras declaraciones recientes de altos funcionarios rusos, como Nikolai Patrushev, quien aseguró que la mayoría de los habitantes de Odesa «no tienen nada en común con Kiev» y deberían decidir su destino de manera independiente.
El discurso fue acompañado de una muestra de fuerza militar, incluyendo misiles Iskander, lanzallamas pesados TOS-2 y drones que ya están siendo utilizados en la guerra.
Mientras tanto, las tensiones internacionales siguen en aumento. Estados Unidos ha pedido una tregua de 30 días y amenazó con nuevas sanciones contra Moscú si continúa la ofensiva. En paralelo, los expertos advierten sobre el riesgo de una nueva escalada militar en el sur de Ucrania, especialmente en torno a Odesa.