En siete de los últimos nueve partidos de la temporada pasada, en el acta que los colegiados que arbitraban al Sevilla mandaban a la Real Federación Española se leía siempre la misma coletilla: «En el minuto X el jugador (2), Salas Valiente, Enrique Jesús fue amonestado por el siguiente motivo». Tras la última palabra, dos puntos y varios derribos temerarios, impedir el avance de adversarios en ataques prometedores y alguna discusión sin insultos ni amenazas.
Enrique Jesús Salas Valiente, Kike Salas, recibió 10 tarjetas amarillas la temporada pasada, un 70% de ellas, en esas últimas nueve jornadas y, la mayoría, bastante avanzado el segundo tiempo. Además, por acumulación, no jugó uno de esos choques, el del Mallorca, con lo que serían 7 tarjetas en 8 duelos. Por ello los agentes de CENPIDA (Centro Nacional Policial por la Integridad en el Deporte y las Apuestas) tienen indicios de que esas acciones puedan estar vinculadas con una estafa por amaño de apuestas deportivas.
Ahora, la Policía Nacional puede sospechar de ese cruce extemporáneo con Yeyu en el partido ante el Getafe, la discusión airada con Bailly ante el Villarreal, la obstrucción a Fekir en el derbi con el Betis, el agarrón al cadista Alejo, la tarascada al jugador de Las Palmas Javi Muñoz o la fuerte entrada a Lamine Yamal en el último partido de la temporada. En un tiempo en el que, el Sevilla, en tierra de nadie, ya no se jugaba nada en la competición liguera.
Para sorpresa del conjunto que dirige García Pimienta, los agentes se presentaron en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios al terminar el entrenamiento del primer equipo para trasladar a Salas a las dependencias de la comisaría de Morón de la Frontera, de donde es originario el jugador, para prestar declaración junto a dos amigos suyos. Se habla de unas 30 apuestas amañadas en seis establecimientos de esta localidad sevillana por unos beneficios de unos 10.000 euros.
Aunque el jugador ya se encuentre en libertad, las consecuencias para el mismo pueden ser muy perjudiciales pese a que las cantidades presuntamente amañadas son muy pequeñas. «La FIFA tiene un departamento sólo para prevención de apuestas y LaLiga lo controla mucho, con lo cual puede tener una gran sanción a nivel deportivo más de lo que le pueda pasar a nivel penal», explica a EL MUNDO, Álvaro Gómez de la Vega, socio en Jofre Sports Law.
De confirmarse las acusaciones, Kike Salas podría haber infrigido el artículo 78 del Código Disciplinario de la Real Federación Española que dice que «la participación de futbolistas en apuestas y/o juegos que gocen de un contenido económico y éstos tengan una relación directa o indirecta con el partido en cuestión, será considerada como infracción de carácter muy grave». La sanción prevista es una multa de 3.006 a 30.051 euros y la inhabilitación para ocupar cargos en la organización federativa, o suspensión o privación de licencia, por tiempo de dos a cinco años.
Por una parte, LaLiga ya ha anunciado que solicitará su personación como acusación particular en la causa contra el futbolista. Además, el departamento de Seguridad e Integridad de la patronal, cada verano, realiza una sesión informativa a todos los clubes profesionales sobre lo que los jugadores no pueden hacer, la mayoría de ese seminario versa sobre apuestas deportivas. Este cursillo es de obligada asistencia. Ese mismo departamento podría sancionar al propio Salas con una multa que va de 1.200 a 100.000 euros.
Causa penal
A nivel judicial, los hechos que le imputan al jugador corresponden, en un principio, a un delito de estafa que está penado con un periodo de 6 meses a tres años de cárcel y una multa del doble al cuádruple de la cantidad defraudada. Pero podrían acusarle también de corrupción deportiva donde el límite superior de la pena sube a cuatro años y la multa es del triple de lo defraudado.
«La participación de un futbolista de manera directa o indirecta en algo relacionado con apuestas puede dar al traste con su carrera», explica Gómez de la Vega y recuerda la aparición de Keko en el caso Oikos sobre el amaño de partidos y que su única implicación fue organizar una barbacoa con compañeros de la plantilla de aquel Valladolid.
El club
De momento, el Sevilla renovó a Kike Salas justo antes de la Navidad hasta 2029. El rendimiento del canterano de un club en el que también jugó su tío Víctor a finales del siglo XX y principios del actual le mereció una mejora en sus emolumentos. No obstante, en los últimos tiempos se había especulado con la necesidad del club de hacer caja y el nombre de Salas había surgido como posibilidad para salir al Lazio. «Ahora, nadie te va a fichar a un jugador con una causa como esa pendiente», concluye Gómez de la Vega.
En el club, esperan que esto sea fruto de una casualidad o un malentendido. En el comunicado que ofrecieron por la tarde anunciaban su «total respeto a los procedimientos judiciales» y también al «principio de presunción de inocencia» del futbolista. No obstante, «el Sevilla FC condena cualquier conducta fraudulenta en el mundo del deporte y en particular las que puedan afectar a la integridad de la competición».